Pérdida de beneficio e incidentes cibernéticos, principales riesgos para las empresas

La pérdida de beneficio y los incidentes cibernéticos son los 2 principales riesgos a los que se enfrentan las empresas españolas según el 6º Barómetro de Riesgos de Allianz.

La pérdida de beneficios sigue ocupando el primer puesto por quinto año consecutivo para el 52% de los encuestados, principalmente porque se trata de una situación que puede generar pérdidas de ingresos significativas, pero también porque están surgiendo nuevas amenazas, especialmente los daños no físicos y los peligros intangibles, como incidentes cibernéticos y pérdida de beneficios por violencia política, huelgas y actos terroristas. Esta tendencia viene en parte impulsada por el auge del IoT y la cada vez mayor interconectividad de las máquinas, las empresas y sus cadenas de suministro, que pueden multiplicar fácilmente las pérdidas en caso de que se produzca un incidente.

Las empresas también se enfrentan a posibles pérdidas financieras motivadas por el cambio del panorama político (Brexit, Trump, próximas elecciones en la UE, etc.), que genera miedo a un aumento del proteccionismo y la antiglobalización.

“Las empresas de todo el mundo se enfrentan a un año de incertidumbre”, ha añadido Chris Fischer Hirs, director general de AGCS. “Están preocupadas por los cambios impredecibles que pueden darse en el ámbito jurídico, geopolítico y del mercado en todo el mundo. Están surgiendo un gran número de nuevos riesgos más allá de los peligros permanentes de incendio y catástrofes naturales que requieren un replanteamiento de las herramientas actuales de vigilancia y gestión de riesgos”.

En segundo lugar, subiendo desde el 4º puesto en el barómeto anterior, las empresas españolas están muy preocupadas por los incidentes cibernéticos, no sólo los ciberdelitos sino también la pérdida de datos o los fallos de la tecnología. La digitalización está brindando a las empresas nuevas oportunidades y a la vez está cambiando la naturaleza de los activos corporativos, que están pasando de ser principalmente físicos a intangibles, lo que conlleva nuevos peligros, sobre todo riesgos cibernéticos.

La amenaza trasciende el pirateo y las violaciones de datos y privacidad, aunque los nuevos reglamentos en materia de protección de datos afectarán más a estas empresas. Se acaba el plazo para que las empresas se preparen para la aplicación del nuevo Reglamento de protección general de los datos en Europa, que finaliza en 2018; aunque el coste del cumplimiento será alto, las sanciones por incumplimiento serán aún mayores. El aumento de la interconectividad y la sofisticación de los ciberataques no solo entraña un enorme riesgo directo para las empresas, sino también un riesgo indirecto a través de la exposición de infraestructuras críticas, como TI, agua y suministro eléctrico. Los fallos técnicos y los errores humanos también entrañan un riesgo que puede provocar exposiciones a pérdida de beneficios generalizadas y duraderas. En el entorno de la producción digitalizada y la industria 4.0, un fallo en el envío o la interpretación de los datos podría interrumpir la producción. Las empresas deben considerar los datos como un activo y todo aquello que impide que se utilicen. Los resultados también demuestran que las empresas más pequeñas podrían estar subestimando el riesgo cibernético, sin embargo, la repercusión de un incidente grave podría resultar mucho peor para estas empresas.