La decisión del Tribunal Supremo de EEUU de validar la constitucionalidad de la reforma sanitaria impulsada por Barack Obama ha tenido una repercusión inmediata en Wall Street y unos ganadores claros: Los inversores que apostaron a medio plazo por las acciones de las grandes cadenas de hospitales. Las cotizadas del sector han experimentado revalorizaciones medias superiores al 10% y en algunos casos cercanas al 20%. Para estas empresas la obligatoriedad de que todos los estadounidenses tengan un seguro médico aclara el panorama porque reduce la morosidad potencial de su clientela y rebaja la presión a medio plazo sobre su elevado endeudamiento. Pero la Bolsa castiga a las aseguradoras médicas, al considerar que la competencia introducida por las aseguradoras públicas va a rebajar sustancialmente los beneficios y a reducir su base de crecimiento de la clientela, según publica El Boletín.