Rentas vitalicias con servicios asistenciales, ¿solución a la longevidad?

En España, la esperanza de vida al nacer se ha situado ya en los 82,8 años, duplicándose así en el último siglo. Significa, por tanto, que ha ido mejorando a un ritmo de 4 años por década o, lo que es lo mismo, 10 horas cada día. Y esto explica que la población mayor de 85 años haya crecido en más de medio millón de personas en los últimos 10 años, ascendiendo a 1,4 millones, y se haya duplicado el número de españoles con más de 100 años, superando los 15.000 a finales de 2017. "Si la longevidad hiciera ruido, no podríamos dormir por las noches", ironiza José Antonio Herce, director asociado de AFI, durante la presentación del estudio 'El reto de la longevidad en el siglo XXI: cómo afrontarlo en una sociedad en cambio', elaborado por dicha asociación y el Instituto Santalucía.

Con estas estadísticas, España es el cuarto país del mundo con la esperanza de vida más alta, sólo por detrás de Japón (83,7), Suiza (83,4) y Singapur (83,1). Y el INE prevé que seguirá aumentando. De hecho, estiman que, en 2066, el 35% de la población española tendrá más de 65 años y habrá unas 220.000 personas centenarias. "En el futuro, probablemente, se superarán los 120 años, considerados por muchos expertos como el límite absoluto de la vida humana", subraya José Antonio Herce.

Más dependencia y enfermos crónicos

Si bien, España desciende hasta la novena posición si se tiene en cuenta la llamada "esperanza de vida saludable", definida por la OMS como "el equivalente de años de vida que se espera que vivan los individuos con buena salud". En este caso, nuestra esperanza de vida baja más 10 años. En concreto, hasta los 72,4. "No se trata de vivir más, sino de hacerlo libre de discapacidades", indica José Antonio Herce. 

Pero parece que no será así. Según datos de AFI -a partir del INE-, la tasa de dependencia demográfica (suma de mayores de 64 años y menores de 16 años) pasará de un 53,5% en 2016 a un 87,7% en 2066. Y este crecimiento se deberá, principalmente, por el aumento de mayores de la tercera y cuarta edad. "Vamos a vivir más años, pero la calidad de vida no será buena. Vamos a ser más dependientes y enfermos crónicos. Y esto se traducirá en un incremento de los costes", precisa Iratxe Galdeano, socia responsable del área de seguros de AFi. 

Apostar por soluciones innovadoras

Obviamente, los sistemas públicos de salud y de pensiones no podrán soportar este crecimiento demográfico. Pero, en opinión de Iratxe Galdeano, todavía estamos a tiempo de luchar contra este desafío y de prepararnos de cara al futuro. "Y el seguro puede ayudar muchísimo", matiza. En este sentido, sugiere a las compañías que sigan promoviendo hábitos de vida saludable y fomenten el ahorro previsional entre los más jóvenes. "Aún están en periodo de acumulación y a tiempo de prevenir y mejorar su salud para vivir con mejor calidad", sostiene. 

Y respecto a los mayores de 65 años, insta a las aseguradoras a que "intensifiquen sus esfuerzos en I+D y ofrezcan soluciones innovadoras frente a vidas cada vez más largas". Al respecto, AFI recomienda que se diseñen rentas vitalicias que incluyan servicios asistenciales, residenciales y sanitarios. "Puede ser la mejor solución. Esta combinación todavía no se está dando en España, pero sí en países de nuestro entorno", apunta. En relación a esta propuesta, José Antonio Herce puntualiza que debe entenderse como una medida "complementaria a los sistemas públicos que siempre van a existir en España", los cuales pueden verse amenazados si no se toman medidas así al respecto. 

Por último, Iratxe Galdeano enumera otras soluciones para afrontar este reto, como que las aseguradoras tengan en cuenta la edad biológica y no la cronológica de los asegurados, calculen la prima en base a las particularidades de cada cliente y personalicen sus productos tras utilizar el big data. No obstante, reconoce que, para ello, se necesita una normativa acorde a estos cambios y un enfoque bioético que garantice, al mismo tiempo, los derechos de los asegurados. "La longevidad nos va a traer buenas noticias, pero también supondrá un desafío para el sector asegurador y para la sociedad en general", reconoce José Manuel Jiménez, director del Instituto Santalucía.