"Si pudiera sólo me dedicaría a subir montañas", señala Jordi Rivera, consejero delegado de DAS Internacional en España, a Expansión. "Mi afición es el alpinismo desde hace mucho tiempo. A veces necesitas varios días para conseguir tu objetivo y pasas mucho tiempo solo, así que es un deporte que te ayuda a reflexionar y a conocerte mejor. Además, tiene muchas similitudes con la gestión de una empresa: hay un objetivo claro, hay que hacer una planificación minuciosa y por último hay que ejecutar el plan", explica. "La clave no es subir la montaña sino hacerlo y luego bajar sano y salvo. Cuando llegas a la cima hay una sensación de éxtasis muy pequeña porque muchas veces sólo puedes estar ahí unos minutos. La satisfacción más grande llega cuando bajas y todo el mundo está bien". “La empresa te exige más destrezas que alcanzar una cima. La montaña está ahí y siempre es igual, sólo cambian las condiciones atmosféricas, mientras que en las empresas se trabaja con personas, que son más cambiantes. Tienes motivar e inspirar a todo un equipo y no sólo a ti mismo", añade.