“Hoy por hoy, las aportaciones se hacen a partir de los 40 años, y especialmente desde los 50. Queremos trabajar para que la gente ahorre antes, desde el inicio de la vida laboral. Desgraciadamente, apenas hay aportaciones de trabajadores de menos de 40 años”, declara Flavia Rodríguez-Ponga, directora general de la DGSFP, a Cinco Días. Respecto a los jóvenes, “hemos detectado que, aunque hay ahorro, no se destina a la previsión social complementaria”. “Hay que pensar más en ahorrar para la jubilación. Si se ahorra sin un propósito definido, es fácil gastárselo por el camino. Tiene que haber una parte del ahorro que quede para la tercera fase de la vida”, añade.

“En el largo plazo, los rendimientos sí que son muy interesantes. Así, en plazos superiores a 20 años, la rentabilidad media de los planes supera el 4%, una tasa que bate a la inflación. En este tipo de productos, analizar la rentabilidad en plazos cortos de tiempo tiene poco sentido”, precisa sobre el rendimiento de estos productos. Sobre las comisiones, Flavia Rodríguez-Ponga señala que “hemos apreciado que existe margen para que bajen, para que se acerquen a los niveles que hay en otros países europeos, lo que beneficiaría a los clientes”. Pero matiza: “Es cierto que hay Fondos de Pensiones que tienen un importe muy bajo, cuya gestión implica unos costes proporcionales muy elevados. Sería conveniente pedir un volumen mínimo. A mayor volumen, menos comisiones”.

Sobre la liquidez, la directora general de la DGSFP propone generalizar el modelo existente en el País Vasco, donde se puede rescatar el dinero que lleva más de 10 años invertido. “Eso cambiaría la percepción sobre la liquidez del Plan, aunque apenas se usan estas ventanas”, argumenta.