Seguros a la carta: el dilema de la privacidad

La transformación digital ha acelerado los cambios en las necesidades y preferencias del consumidor. Ahora tiene más acceso que nunca a la información, puede hacer compras con un solo clic en Amazon, tiene la posibilidad de alquilar un piso por un tiempo determinado en Airbnb y le molesta el ruido en internet porque está acostumbrado a que plataformas como Netflix le esconda lo que no le interesa en el fondo del catálogo. Este consumidor es conocido como Amazonian y exige la misma flexibilidad en todas las industrias dando vida a los seguros a la carta (on-demand).

Desde Duck Creek Technologies consideran que el consumidor tiene estas expectativas debido a los avances en tecnologías como por ejemplo, las soluciones de big data asociadas a movilidad, a partir de la cual es posible para los seguros de Automóviles verificar qué tan lejos, rápido y por dónde conduce una persona. Los seguros a la carta constituyen así una clara preferencia en el consumidor, que van ganando popularidad. Siguiendo en el mismo sector, el 70% de los clientes de seguros individuales están interesados en productos que brindan seguros de Automóviles basados en el uso. Este comportamiento en concreto podría derivarse de menores necesidades de desplazamiento a consecuencia de la pandemia o por una concienciación con el medio ambiente cada vez más arraigada o bien por la necesidad de ver un impacto positivo en la cuenta bancaria. Sea como fuere, todo parece indicar que el seguro a gusto del consumidor podría pasar de ser un servicio de nicho a un producto convencional.

Sin embargo, éste no es un producto para todos los consumidores y el reto es encontrar el acople perfecto entre la oferta y la demanda de productos de seguros, a nivel individual y que además sea capaz de acompañar las necesidades cambiantes de un asegurado a lo largo de su vida.

Al final, el consumidor quiere pagar solo por aquello que usa y cubre sus necesidades. Desde Duck Creek, Juan Antonio Costa, Country Manager en Iberia, comenta que "la tecnología permite rastrear el itinerario de un teléfono móvil y ver las acciones del consumidor, pero se abre la puerta a un dilema sobre la privacidad. ¿Realmente querría el consumidor ser 'vigilado'? ¿Son los datos usados realmente anónimos?". Las predicciones siempre son un riesgo, pero se aventuraría a decir que, si bien ha habido un crecimiento en los seguros bajo demanda, éstos todavía no tienen la tracción esperada. De momento.

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