La siniestralidad en carreteras convencionales descenderá menos de lo esperado en 2020

Casi con toda seguridad, la siniestralidad vial marcará mínimos históricos en 2020 debido a la drástica caída del tráfico por el prolongado estado de alarma que ha provocado la pandemia del Covid-19. Si bien, Fundación Línea Directa rebaja este optimismo por lo observado en las primeras semanas de desescalada y, sobre todo, advierte del riesgo creciente en las carreteras convencionales.

Según el estudio 'Carreteras convencionales: el agujero negro de la seguridad vial', elaborado por Fundación Línea Directa en colaboración con Centro Zaragoza y que acaba de presentarse en una rueda de prensa virtual, casi 600 personas pueden perder la vida en carreteras secundarias españolas en 2020. Sin duda, es un trágico balance, pero supondría un descenso del 27% en relación al ejercicio anterior. Los autores del estudio han llegado a esta conclusión tras analizar los datos de siniestralidad vial registrados en lo que va de este año marcado por la pandemia y el confinamiento. Datos de la DGT indican que, entre el 15 de marzo y el 7 de mayo, la movilidad se ha reducido en torno a un 70% y los fallecidos al volante han descendido un 69% en el conjunto de las carreteras. Si se examina únicamente la Semana Santa, los desplazamientos de largo recorrido han disminuido un 86% en comparación con 2019 y los fallecidos un 52% en carreteras convencionales y un 50% en autopistas y autovías.

Sin embargo, Francisco Valencia, director general de Fundación Línea Directa, cree que lamentablemente acabarán falleciendo más personas en las carreteras convencionales ya que, en las primeras semanas de desescalada, se está viendo un comportamiento inadecuado y temerario por parte de los conductores. "Las previsiones de este estudio son más bien optimistas", advierte. En su opinión, "se está observando una cierta euforia en la desescalada y cierta despreocupación". Y sentencia: "Podemos llevarnos alguna sorpresa".

Esto mismo ya lo insinuó la DGT antes de iniciarse el desconfinamiento. Del 15 de marzo al 7 de mayo, este organismo constató varios datos preocupantes: las multas por exceso de velocidad habían aumentado casi un 40% en relación al mismo periodo de 2019 y 10 de las 24 personas fallecidas en ese intervalo no llevaban puesto el cinturón de seguridad en el momento del accidente. Y todo ello en pleno estado de alarma. "Creo que nos hemos quedado cortos", reitera Francisco Valencia, que argumenta: "Mi impresión es que vamos más deprisa y los adelantamientos son más arriesgados". Pero puntualiza: "Es mi percepción personal".

Por tanto, insta a no bajar la guardia ya que pronto comenzará la movilidad entre provincias, se incrementará el uso del vehículo privado, se reactivará el turismo nacional interno y las carreteras convencionales volverán a llenarse de vehículos envejecidos.

El peligro de las carreteras secundarias

En la década comprendida entre 2009 y 2018, se produjeron 237.190 accidentes con víctimas en carreteras convencionales, lo que significa el 64% de todos los siniestros que tuvieron lugar en vías interurbanas. Y, en esos 10 años, en estas carreteras secundarias fallecieron 10.446 personas, el 75% de todas las personas que perdieron la vida en vías interurbanas. Según el estudio de Fundación Línea Directa y Centro Zaragoza, esto significa que se triplica el número de muertos en relación a las autopistas y autovías, y se multiplica por 1,5 veces la letalidad.

En cuanto a los heridos graves, 41.872 personas se lesionaron de gravedad en las carreteras convencionales entre 2009 y 2018, lo que representa el 72% del total de heridos en vías interurbanas.

Los accidentes por salida de vía son los más comunes en las carreteras secundarias, aglutinando el 35% de todos los siniestros que tienen lugar en estas vías. "Esto nos da una idea de su peligrosidad", enfatiza Francisco Valencia. También son muy numerosas las colisiones frontal y frontolateral, que acaparan el 23,5% de los siniestros. El estudio también concluye que el 78% de los fallecimientos se registraron en carreteras sin arcén o con un arcén inferior a 1,5 metros. De junio a septiembre es el periodo con más siniestralidad en estas vías secundarias, concentrando el 40% de las muertes.

Cataluña, con el 17% de las víctimas mortales, y Andalucía (13%) son las Comunidades Autónomas que más muertes registran en sus carreteras secundarias. Por el contrario, Euskadi (0,7%) y Cantabria (1%) son las que menos. Si bien, esta radiografía cambia si se mide el número de accidentes por kilómetros de vía convencional. Cataluña, con un índice de 0,48, sería también la región con más siniestralidad, seguida de Madrid (0,45). En el lado opuesto se encuentra Castilla-La Mancha (0,03), junto a Navarra, Extremadura y Aragón (0,06).

Por otra parte, el estudio ha identificado los 5 tramos con mayor concentración de accidentes en las carreteras convencionales. Estos son los peores 'puntos negros' de toda la red de carreteras españolas: la CV-821, en Alicante, entre el kilómetro 5 y 8; la CV-670, en Valencia, entre el kilómetro 1 y el 4; la GR-3304, en Granada, entre el kilómetro 2 y el 5; la PO-311, de Pontevedra, entre el 104 y el 107; y la N-634, entre Guipúzcoa y Vizcaya, tiene varios puntos de peligrosidad.  

Conductas ilegales

Para complementar este estudio, Fundación Línea Directa ha encuestado a 1.700 conductores de toda España para conocer la opinión que tienen los usuarios de las carreteras convencionales. Estas entrevistas se realizaron antes del estado de alarma, entre el 28 de febrero y el 6 de marzo de 2020.

Estas son algunas de las principales conclusiones que se extraen de estas encuestas: el 64% opina que el estado de las carreteras convencionales está cada vez más deteriorado; 7 de cada 10 se sienten más seguros en carreteras desdobladas, autovías o autopistas; un 81% admite haber cometido alguna conducta ilegal en carreteras convencionales y un 56% reconoce que desconoce el límite de velocidad.