La siniestralidad del seguro agrario crece un 12% en el semestre, hasta los 515 millones de euros

La siniestralidad registrada por el seguro agrario ha crecido un 12% en el semestre con respecto al año anterior y un 25% en relación con el año 2020, alcanzando unas indemnizaciones de 514,67 millones de euros, según datos facilitados por Agroseguro. Se trata de la mayor siniestralidad desde que hay registros y constata, de nuevo, el aumento de los fenómenos meteorológicos cada vez más adversos y graves durante la última década, y muy especialmente desde 2017, resultando en ratios de siniestralidad por encima del equilibrio en cinco de los últimos seis años.

Por CC.AA ha sido Cataluña la que ha recibido las mayores indemnizaciones con 132,8 millones de euros, seguida por Aragón con 98,4 millones. Le siguen Murcia con algo más de 70 millones; Castilla-La Mancha con 54,6 millones; Castilla y León con 45,4 y la Comunidad Valenciana con 34,2 millones han sido las seis comunidades que recibieron las mayores indemnizaciones.

Intensas heladas y pedrisco

El inicio de año comenzó cierta estabilidad pero el mes de abril se caracterizó por las intensas heladas sufridas en gran parte del país durante los primeros días del mes, que causaron elevadísimas pérdidas de producción en cultivos cuyo ciclo anual se encontraba en floración o en estadios iniciales de crecimiento de brotes y frutos, así como en aquellos otros que presentan una gran sensibilidad a bajas temperaturas en estado de maduración. No solo las bajas temperaturas –hasta -8 ºC en algunos puntos del interior–, sino también su persistencia durante las horas nocturnas originó graves daños en los cultivos de frutales, almendro, cereza, hortalizas de ciclo invernal y caqui, además de afectar a algunas zonas de viñedo y al rendimiento de determinados cultivos herbáceos extensivos.

Los meses de mayo y junio han registrado, en general, temperaturas excesivamente altas (con olas de calor en todo el territorio durante el mes de junio) y prácticamente sin precipitaciones. Esto ha provocado que se haya acrecentado la sequía existente en el nordeste y sur peninsular, así como los daños por asurado en el centro y meseta norte del país.

También en estos dos últimos meses se han producido tormentas de pedrisco: en mayo fueron de gran intensidad en Castilla-La Mancha (sobre todo Albacete) y en la Región de Murcia, con la uva de vino y la fruta como principales cultivos afectados, y en junio se hicieron sentir en Aragón y Castilla y León, donde provocaron daños en cultivos herbáceos y fruta. En ambos eventos también se vieron afectadas algunas hortalizas como el brócoli, la cebolla, la lechuga, la patata o el tomate, entre otros. 

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