La situación económica de los hijos es la principal preocupación de los jubilados y de aquellos que se encuentran próximos a ella debido a la situación del mercado laboral que hace difícil que tengan un trabajo estable. Esta inquietud se traduce en la recomendación de que ahorren (59% así lo señala), que consigan un trabajo estable (38%) y que contraten un Plan de Pensiones o un producto financiero (27%).

Este es uno de los datos del ‘Estudio social sobre la jubilación: Expectativas y experiencias’ presentado ayer por la Fundación Mapfre e ICEA. Muestra cómo perciben la jubilación las personas próximas a ella (21,5% de la población cuenta con más de 50 años) y los ya jubilados (16,9% menores de 75 años).

Jubilación como privilegio

Más de la mitad de estos últimos, el 55%, afirma que la jubilación está siendo como la esperaban, e incluso para un 25% está siendo todavía mejor. Definen esta etapa como un “privilegio” en relación a la que tendrán sus hijos y se sienten útiles para la sociedad. El informe muestra también que la salud y la situación económica son las dos palancas para disfrutar mejor de este periodo.

Entre los encuestados se reconoce que las posibilidades de ahorro han sido bajas (55%) y sólo un 13% ha podido ahorrar con facilidad. Este hecho ha concluido en que un 39% de los jubilados y un 36% de los todavía en activo “no hayan contratado productos específicos para la jubilación y confían en recibir sus ingresos de la pensión de la Seguridad Social”, según explicó Elvira de la Cruz, directora del Área de Consultoría de ICEA y encargada de presentar el informe.

Entre las personas que se encuentran entre los 50 y los 64 años llama la atención que el 70% no haya realizado nunca una consulta sobre la cuantía de su pensión para el día que se jubile. Por otra parte, 6 de cada 10 de este colectivo en activo cree que la situación económica actual es una de las razones para pensar que su vida de jubilados será peor que la que tienen.

Cuarta edad: No ser carga

El estudio también pregunta a la denominada cuarta edad, mayores de 80 años. Identifican esta etapa como la de la dependencia. Su principal preocupación es ser una carga para los hijos, y el 70% espera contar con una solución distinta a la de depender de ellos. La opinión generalizada entre los ya jubilados y los todavía en activo es que para afrontar esta situación de dependencia cada vez será más necesario la adquisición de productos o servicios.