Solunion impulsará su transformación con el nuevo plan estratégico

Solunion –la joint venture de Mapfre y Euler Hermes– ha presentado su plan estratégico 2020-2021, denominado Atenea y basado en 4 pilares fundamentales: Crecimiento rentable y sostenible, Innovación, Eficiencia y Compromiso. En torno a ellos, la compañía desarrollará iniciativas para transformarse y hacer frente así a un mercado cambiante.

"Hemos desarrollado Atenea fieles a nuestra vocación de liderazgo y con el objetivo de acompañar a nuestros clientes y a nuestros socios comerciales en su crecimiento mirando siempre más allá, ayudándoles a ir más lejos y proporcionándoles toda nuestra experiencia, conocimiento y herramientas de gestión del riesgo comercial", ha indicado Alberto Berges, director general de Solunion, que ha añadido: "Durante los próximos dos años, impulsaremos la transformación de Solunion para ser un referente en calidad de servicio, avanzando aún más en nuestro modelo orientado al cliente".

Junto con la estrategia, Solunion ha presentado su nueva identidad de marca. El logotipo ha evolucionado y se une el lema 'Somos impulso', con el que la aseguradora quiere reflejar la ambición y la visión fijadas en la estrategia, así como la personalidad de la compañía.

Regulación sobre cambio climático

Al hilo de la Cumbre del Clima que se stá celebrando en Madrid, Solunion en colaboración con su accionista Euler Hermes han calculado que las inversiones necesarias para cumplir con las regulaciones medioambientales se elevarán a 2,5 billones de dólares en los próximos 10 años. Para medir el impacto, agrupan las acciones más importantes en cuatro categorías: precios del carbono; combinación y eficiencia energética; regulaciones de movilidad; impuestos, multas y gravámenes específicos de la industria. Entre los sectores que se verán más afectados destacan el energético, el acero y el transporte aéreo y marítimo.

Por otro lado, Solunion considera que el impacto directo será una reducción de los márgenes brutos como resultado del aumento del coste de las emisiones. Esto puede transponerse a otros costes, como por ejemplo, gastos operativos o gastos de capital. También puede traducirse en una reducción de la rentabilidad operativa, ya que puede haberse conseguido mediante el aumento de otros costes, al embarcarse en procesos más caros o incurrir en un mayor gasto en I+D. Además, deben abordarse los riesgos indirectos. Estos abarcan desde la transmisión de la cadena de suministro y la multiplicación del riesgo hasta la exposición de los clientes finales. Además, cualquiera de estas cuestiones puede tener un impacto visible en los balances de las empresas y en su solvencia.