Los traumatismos dentales aumentan un 30% en verano

El Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia (ICOEV) cifra en un aumento del 30% los traumatismos dentales en verano, con mayor incidencia en los niños. El ejercicio físico, los deportes de contacto y algunos malos hábitos, como masticar hielo, son los principales riegos.

"Es recomendable usar siempre un protector bucal para evitar problemas dentales cuando se prevé realizar algún deporte de contacto.  Pero además el hábito de masticar cubitos de hielo para refrescarse también puede ser demoledor para los dientes, especialmente en las personas que se han realizado un tratamiento estético con carillas", comenta Manuela Escorial, odontóloga de la dirección asistencial de Sanitas Dental.

Ante un traumatismo dental la doctora Escorial sugiere mantener la calma e identificar dónde y en qué estado está la pieza afectada: si el diente está fuera de la boca y ha abandona en su totalidad el alojamiento en el hueso, debe conservarse en leche o saliva del paciente, no limpiarse y acudir al dentista inmediatamente para tratar de reimplantarlo. Las siguientes tres horas son fundamentales para la supervivencia del diente; si no ha habido extracción completa, pero sí una fractura, conviene guardar el fragmento y acudir al especialista para que valore posibles tratamientos y evite la infección del diente; si el diente continúa ocupando su alveolo pero se percibe movilidad, debemos evitar tocarlo y consultar con un odontólogo para que trate de fijarlo y valore otros tratamientos alternativos que aseguren la supervivencia del diente.

Los traumatismos también pueden afectar la articulación temporomandibular (ATM) es una de las articulaciones más complejas del organismo humano. Cualquier afección en esta zona puede provocar, además de mucho dolor, maloclusiones y desequilibrios musculares en la zona craneo cervico facial.