
La UDC promueve el Congreso Nacional sobre IA en la Comercialización de Seguros
La Universidad de La Coruña (UDC) acaba de organizar el Congreso Nacional sobre IA en la Comercialización de Seguros en el que los expertos analizaron, desde una mirada multidisciplinar, los retos jurídicos y regulatorios que plantea la aplicación de la IA en el sector asegurador. La cuestión se abordó desde cuatro puntos de vista: el derecho Constitucional, Administrativo, Mercantil y Civil.
En el primer bloque, se profundizó en cómo la IA debe respetar los derechos fundamentales. En el segundo, los panelistas se centraron en las normas europeas que rigen la aplicación de la Inteligencia Artificial y se subrayó la importancia de este enfoque en el marco del Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial (AIA), que refuerza los principios de explicabilidad, trazabilidad y supervisión humana. Se recordó la obligación de informar al usuario cuando interactúa con una IA, así como la necesidad de ofrecer explicaciones comprensibles y verificables. La llamada "IA explicable" se presentó como una condición indispensable para garantizar la confianza en los procesos automatizados y para poder reconstruir el razonamiento detrás de cada decisión algorítmica.
En la segunda jornada del Congreso se habló de los seguros paramétricos y de la aplicación de la IA al desarrollo de productos, donde se explicó su funcionamiento mediante smart contracts —algoritmos autoejecutables basados en tecnología blockchain—. Estos contratos activan pagos automáticos cuando se cumplen ciertos parámetros, sin que el asegurado deba declarar el siniestro.
El ejemplo más ilustrativo fue una de las primeras experiencias de seguros paramétricos: el seguro de Viaje que indemniza de forma inmediata en caso de retraso de vuelo, donde el "oráculo" —el propio aeropuerto— valida el suceso. Si bien, también se analizaron las experiencias en microseguros frente a catástrofes naturales en América Latina, donde ya existen países, como Chile, donde se cuenta con una regulación.
Aunque su rapidez y sencillez resultan atractivas, los expertos advirtieron que estos contratos no se ajustan al principio indemnizatorio previsto en el artículo 1 de la Ley de Contrato de Seguro, al abonarse la cantidad pactada independientemente de cuál sea daño real. No obstante, como propuesta práctica, señalaron que su integración con el seguro de daños tradicional podría ofrecer una fórmula eficaz que combine agilidad y seguridad jurídica, mejorando la liquidez inmediata y la respuesta ante los nuevos riesgos, como puede ser el de catástrofes naturales.
La última mesa de debate, sobre derecho Civil, fue moderada por el presidente del Colegio de Mediadores de La Coruña, Juan Manuel Sánchez-Albornoz y debatieron sobre el consentimiento en la celebración electrónica de contratos de seguros así como del paso del contrato tradicional al contrato basado en sistema de IA.
Esta cuestión fue abordada desde la Ley Modelo UNCITRAL y se evidenció que la contratación automatizada no pertenece solo al futuro. En este contexto, se abordaron los riesgos derivados de la automatización, desde la discriminación algorítmica hasta las prácticas colusorias invisibles, así como la responsabilidad por los actos de los sistemas autónomos —especialmente de los robot advisors— que plantea interrogantes sobre quién responde de los consejos o decisiones automatizadas y cómo garantizar su revisión humana.
Se recalcó, una vez más, la necesidad de auditorías constantes de los datos y de IA explicable, capaz de justificar sus decisiones de forma clara, comprensible y verificable.
El Congreso cerró con una idea compartida por los expertos: la inteligencia artificial no sustituirá al mediador, pero sí transformará su función. La mediación deberá adaptarse a un entorno donde los algoritmos serán aliados estratégicos, siempre que se mantengan los principios de transparencia, equidad y supervisión humana efectiva.
El reto jurídico consiste en adaptar las estructuras normativas clásicas —desde la transparencia contractual hasta la gobernanza del producto— a un entorno tecnológico en permanente evolución, sin debilitar las garantías del asegurado.
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