La violencia contra profesionales sanitarios dispara la demanda de seguros de protección

Los datos de 2016 son alarmantes: 495 agresiones a profesionales sanitarios en España, un 37,12% más que el año anterior. Esa realidad dispara la necesidad y la demanda de seguros para estos profesionales. La defensa del profesional frente a los actos violentos, y de forma secundaria las coberturas de Accidentes Personales por los daños físicos que puedan sufrir por una agresión, son las coberturas más demandadas.

A.M.A., que tiene cerca de 155.000 asegurados de los colectivos de médicos, odontólogos-estomatólogos y enfermeros, hace trece años lanzó un seguro para proteger y defender a los profesionales sanitarios frente a las agresiones. Jesús Segura, director técnico del  Departamento Actuarial de A.M.A., detalla que la entidad “garantiza la defensa penal en los procedimientos por delito o falta que se siguieren contra el asegurado, por las agresiones u ofensas relacionadas con su profesión sanitaria habitual, así como las fianzas exigidas para obtener la libertad provisional de este o el pago de las costas procesales de carácter penal o tasas judiciales que le puedan ser exigidas”.

El seguro de la mutua va más allá y cubre las reclamaciones personales –lesiones u ofensas- y materiales sufridas por el asegurado. “Sin duda, es uno de los productos más completos del mercado que facilita al profesional sanitario la defensa y reclamación ante este tipo de actos, sin depender de otras instituciones -Servicios Públicos de Salud- o del hospital, clínica, etc. donde presta sus servicios”.

Causas de las agresiones

Las encuestas no mienten y año a año reflejan el alto nivel de calidad del sistema sanitario español por parte de los ciudadanos. Pero las agresiones siguen aumentando y la cuestión es si se trata de un tema más relacionado con la educación de los españoles, dado que los agresores justifican sus agresiones en aspectos como discrepancias por la atención médica, no recetar lo que quiere el paciente, no conceder incapacidad laboral cuando el paciente lo pide, etc.

Jesús Segura valora que, “con toda seguridad, no existe una única causa. El factor educacional es importante, pero también hay que tener en cuenta las condiciones psicológicas del paciente -ansiedad, preocupación, etc.- ante la dolencia que padece o cree padecer, la deficiente dotación, en la mayoría de los casos, de medios personales y materiales de los centros asistenciales, etc. Y también, cómo no tenerlo en cuenta, la predisposición de determinadas personas a exigir a los profesionales sanitarios que les atienden, que actúen en contra de los más elementales criterios deontológicos, como pueden ser las demandas de bajas laborales injustificadas médicamente o la prescripción de determinados medicamentos”.

La violencia se produce especialmente en los centros públicos pero la Organización Médica Colegial (OMC) denuncia de forma sistemática que en muchas ocasiones guarda relación con la masificación de las urgencias, el aumento de las listas de espera o la precariedad laboral de los trabajadores.

La OMC ha pedido que las agresiones a profesionales sanitarios sean consideradas como delito contra la autoridad. También que la intimidación, amenaza, coerción y agresión psíquica al sanitario se considere también como delito.