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16 de julio
14:12 2019
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El coste por delitos cibernéticos crece el triple que la inversión en defensa

El coste de los delitos cibernéticos creció un 33% en 2018 hasta los 600 mil millones de euros a nivel mundial mientras que la inversión en tecnología para defenderse de estos ataques lo hizo solo un 10% (124 mil millones de euros). Esta una de las principales conclusiones extraídas del informe 'Avanzando en la gestión del ciberriesgo. De la seguridad a la resiliencia' elaborado por Marsh & McLennan junto con Mandiat y que han presentado en rueda de prensa el director de Riesgos Financieros y Profesionales de Marsh España, Javier Ybarra, acompañado de Macarena Bandrés, miembro del área de ciber.

El informe analiza los principales factores que incrementan el riesgo cibernético y subraya la necesidad de que las organizaciones redefinan una cultura de trabajo basada en la resiliencia cibernética. Para ello, inciden en la necesidad de que las gerencias de riesgos "entiendan, midan y gestionen" estos riesgos porque "dado que son inevitables", lo que distingue a unas organizaciones de otras es el grado de preparación ante ellos, y el poder de resiliencia que tengan para recuperarse del impacto.

El director de Riesgos Financieros y Profesionales hizo hincapié en la necesidad de entender cómo se producen los incidentes de seguridad y en los efectos que puede tener: económicos (pérdidas de beneficio), extracostes (necesidad por ejemplo de contratar abogados especialistas) o responsabilidades (multas y penalizaciones).

Analizó también los principales factores de riesgo a los que actualmente están sometidas las compañías como son la propia innovación, la complejidad de la tecnología, los ataques sofisticados o el intercambio de datos y señaló que "el 90% de los ataques que se producen hoy en día tienen que ver con ingeniería social".

En cuanto a las amenazas más frecuentes que se detallan en el informe, en primer lugar hay que destacar  las propias amenazas internas de la compañía, seguidas de la amenaza de la propia competencia. Los hackers, tanto por ego personal, como los ciberactivistas, el crimen organizado, los ciberterroristas o los actores patrocinados por algunos estados forman también parte de las principales amenazas de los últimos tiempos. Con todo, el "69% de los ataques tienen al final motivaciones económicas en algún sentido", indico Ybarra.

Una vez entendido el porqué de los incidentes, el informe señala como imprescindible medir y cuantificar el coste de la exposición. "Ante un incidente se disparan los costes adicionales", incluso las sanciones que se deben asumir. En este sentido, "una crisis requiere rapidez y eficacia en la respuesta" con el objetivo de resolver el problema cuanto antes y limitar los costes que este produzca. Javier Ybarra recordó las herramientas que proporciona Marsh a sus clientes para analizar las posibilidad de ataque y el impacto que tendría. "Hacemos una foto de cada organización para saber si puede el cliente asumir el riesgo o debe transferirlo al seguro".

Cultura de resiliencia

El tercer paso clave se centra en la gestión del incidente. En este sentido, Marsh promueve la cultura de la resiliencia en la que es imprescindible la alineación de la dirección de la compañía que priorice la inversión en tecnología de defensa.

La dirección debe también impulsar una coherencia entre todas las unidades de negocio para ahorrar costes y conseguir una línea de defensa centralizada.

Además, es fundamental crear una organización proactiva, no reactiva ante un ataque y comunicar a los reguladores que la organización "se toma en serio" la gestión de los ciberriesgos, invirtiendo adecuadamente.

Con todo, ha terminado Ybarra "nadie está exento de sufrir un ataque" y como última barrera de defensa debemos contar con una póliza de ciberriesgo en la que se incluye prevención, asistencia e indemnizaciones. "El seguro ciber se va a generalizar en los próximos años", señaló. De hecho, el informe indica que el mercado de pólizas ciber crece tres veces más rápido que el mercado general y se estima que a nivel mundial acumule primas por valor de 7.500 millones de dólares en 2020. Esto supone un crecimiento del 20% desde 2014 cuando se comenzaron a comercializar estos seguros.