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El Congreso podría apurar las últimas semanas de la legislatura para aprobar hoy mismo las recomendaciones elaboradoras por el Pacto de Toledo en materia de pensiones. Después de dos años casi estancado, según mencionan varios medios, los partidos políticos tendrían cerrado un borrador que previsiblemente se aprobaría hoy en la comisión y se votaría de manera definitiva en el último pleno de la próxima semana.

Entre estas medidas se incluiría "la posibilidad de ampliar a la totalidad de la vida laboral" el periodo de cotización obligatorio que la Seguridad Social tienen en cuenta para determinar la cuantía de la pensión. Este periodo será de 25 años en 2022 después de aumentarlo de manera paulatina desde los 15 años en los que se fijaba hasta 2013.

Al parecer entre las recomendaciones del Pacto también se incluiría que el pensionista pueda "escoger aquellos años de su cotización que le sean más favorables" y así desechar los peores. De esta manera solicitaría a la Seguridad Social que tuviera en cuenta únicamente años donde su salario y cotización eran más elevados.

Se necesitan 30 años

Antonio Huertas, presidente de Mapfre, presentó ayer junto con Iñaki Ortega, de Deusto Busines School su libro la Revolución de las canas en Bilbao. Durante el encuentro, abogó por la necesidad urgente de constituir un sistema complementario al sistema público de pensiones. El presidente de Mapfre considera que si bien la parte pública de las pensiones es sostenible, parece "no suficiente"; apuntó que para constituir un sistema complementario son necesarios mínimo 30 años y es por ello por lo que "hay que empezar desde ya" mediante fórmulas que incentiven el ahorro sin incrementar los costes laborales de las empresas.

Según explica la agencia EFE, Huertas mostró también su preocupación por las manifestaciones de los pensionistas en el País Vasco. Ha insistido en la conveniencia de buscar mecanismos que incentiven el ahorro para aumentar el consumo de los mayores.

También se ha mostrado partidario de aumentar en unos 15 años la vida profesional hasta los 75-80 años mediante una "colaboración laboral" y un trabajo de calidad de los mayores, compatible con el ocio. Ello, según ha evidenciado, exige un cambio cultural y de leyes para tener más flexibilidad en el mercado laboral.

En su opinión, "es necesaria la incorporación de los mayores al mundo productivo en todos los sentidos", aunque no se trata de "alargar las vidas laborales como las conocemos ahora", ha puntualizado.