Las empresas están preocupadas por la evolución de la política internacional
Coface ha reunido a más de 300 empresarios y representantes del mundo financiero en CaixaForum Madrid durante una jornada dedicada a analizar el riesgo país. La principal conclusión del encuentro es que se detecta una incipiente preocupación de las empresas por la política internacional que podría afectar a sus resutlados empresariales.
El crecimiento mundial ha alcanzado su punto máximo, y las empresas están aprovechando eta oportunidad. Así, se espera que el número de insolvencias en la Eurozona y en Estados Unidos caiga nuevamente este año, un 7% y 5% respectivamente. La única mala noticia son las señales incipientes que anuncian el final del ciclo: si bien la confianza de las empresas sigue boyante en la mayoría de las economías avanzadas y emergentes, ha sufrido una leve desaceleración. Cada vez más empresas muestran su preocupación respecto a ciertas limitaciones de la oferta, como las insuficiencias en materia de equipos y mano de obra, y al riesgo del proteccionismo.
Según ha expresado Julien Marcilly, jefe del Servicio de Estudios de Coface, paradójicamente, este período de crecimiento sostenido ha ido de la mano de un elevado y persistente nivel de riesgo político, lo que evidencia que el descontento social sigue estando vigente, a pesar del casi pleno empleo y del (tímido) aumento salarial en muchos países.
De hecho, Alex Ruiz, economista del Área de Planificación Estratégica y Estudios de CaixaBank, ha subrayado que las perspectivas de crecimiento global de cara a 2018 y 2019 son buenas, aunque el balance de riesgos está claramente sesgado a la baja ante elementos de carácter macro-financiero, geopolítico, comercial y político.
Por otro lado, David Cano, socio-director de AFI, en su intervención sobre el impacto en los modelos de negocio tradicionales y en la economía de la evolución tecnológica y la transformación digital, ha comentado que estamos inmersos en la segunda mitad del "tablero de ajedrez" del desarrollo tecnológico, en la que el crecimiento exponencial despliega todo su poder y en la que la capacidad de asimilación humana de los avances es significativamente inferior a los avances tecnológicos. Las barreras de entrada se reducen gracias a la tecnología, lo que reconfigura la estrategia empresarial: se abren nuevos mercados, nuevos clientes, pero también se incrementa la competencia potencial.
Marcelino Moneo, CEO de Coface para España y Portugal, ha concluido que aunque las perspectivas para el 2018 son buenas globalmente, con un acoplamiento sin precedentes en el crecimiento económico (solo 7 países están en recesión a nivel mundial), existen numerosos riesgos (geopolíticos, materias primas, proteccionismo comercial, alto endeudamiento, vientos de cola aflojando, espíritu anti europeista creciente con Italia a la cabeza, tensiones políticas en España), y volatilidades (tipos de cambio, financieras,…) suficientemente serios como para dudar de la sostenibilidad de esta buena tendencia, que ya evidencian una desaceleración en Europa (Alemania, Francia, Italia y UK). El reto es identificar el potencial impacto de estos riesgos en la economía, en los negocios y en la capacidad de pago de las empresas, y mitigar sus efectos, guiados por expertos.




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