La GFIA rechaza una hipotética supervisión a la cultura corporativa de las aseguradoras
La Federación Global de Asociaciones de Seguros (GFIA) discrepa con la Asociación Internacional de Supervisores de Seguros (IAIS), que plantea que la cultura corporativa de las aseguradoras y reaseguradoras también pueda evaluarse a efectos de supervisión. Se entiende por cultura corporativa la suma de aspectos como el liderazgo, la responsabilidad o la transparencia.
La GFIA coincide en que son cuestiones "muy importantes" ya que esa llamada cultura corporativa de las aseguradoras supone un "vínculo fundamental entre la solvencia y la conducta en el mercado" de las compañías. De hecho, la GFIA entiende que "para que una aseguradora tenga verdadero éxito, debe lograr efectivamente tanto la solvencia como la buena conducta en el mercado, tal y como se define en la legislación y la normativa aplicables".
Sin embargo, cree que es imposible supervisar esa cultura corporativa ya que no hay una métrica exacta a seguir, sino que atiende a factores subjetivos. Y califica de "intrusión reguladora" la posibilidad que se baraja de desarrollar normas que las aseguradoras deberán cumplir en relación a esa cultura corporativa.
En nombre de las aseguradoras, la GFIA comunica a la IAIS que "no apoyan el desarrollo o la aplicación de requisitos o normas de cultura como una capa adicional de cumplimiento o requisitos legales que deben cumplirse". Argumenta que "las aseguradoras consideran que la cultura es un concepto potencialmente eficaz y flexible para que la propia empresa apoye los resultados correctos desde una perspectiva de cumplimiento legal existente".
No obstante, la GFIA dice que le preocupa "las futuras acciones de supervisión" que puedan adoptarse en torno "a la noción de cultura". E insiste en que "la cultura es diferente a la solvencia, la gobernanza y la conducta en el mercado, que sí cuentan con normas legalmente establecidas". Para la GFIA, la supervisión debe basarse precisamente en "normas legales específicas establecidas y no en evaluaciones subjetivas de asuntos como la cultura". Y concluye: "La evaluación supervisora de la cultura no debe ser un juicio subjetivo".