Grupo Aseguranza

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26 de marzo
08:47 2020
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La crisis por el coronavirus amenaza mucho más el valor de los activos de las aseguradoras

La ralentización de la actividad económica por la crisis del coronavirus dará de lleno muy especialmente en No Vida, mientras en Vida la situación agudizará la travesía que ya estaba viviendo con los tipos de interés por los suelos. Todo va a depender en gran medida de los ramos en los que opere cada compañía y de la cartera. Pero ahora mismo la mayor preocupación es otra: la pérdida generalizada del valor de los activos de las carteras de inversión que respaldan las obligaciones futuras de las compañías.

Ese deterioro de las carteras de inversión tiene efectos sobre los resultados y ratio de solvencia y puede ser intenso en compañías individuales, fundamentalmente del ramo de Vida. Tal impacto negativo tendría que ser la principal preocupación a corto y medio plazo, como detalla Afi en su último análisis. Indica que "el aumento de los spread soberanos, mucho mayor aún de los spreads de las emisiones corporativas que recogerán con toda probabilidad con el tiempo una progresiva migración hacia ratings de peor calidad crediticia y, finalmente, la drástica reducción experimentada por la valoración de las exposiciones en renta variable tendrán un doble efecto: su traslación a los resultados de las compañías, y un impacto directo también el valor económico de sus recursos propios, con afección en definitiva a sus ratios de solvencia. Mucho mayor lógicamente en el negocio de Vida que en el de No Vida".

Perfil conservador

En todo caso, el impacto dependerá de cómo sea la estructura de las carteras de inversión, será "determinante". En países como Italia y España domina con claridad la inversión en bonos gubernamentales. Supone que ese perfil de riesgo más "conservador" de las aseguradoras españolas "se ve acentuado adicionalmente (en cierta medida es explicativo de la propia estructura de las carteras de inversión) por la utilización en el ramo de Vida de técnicas de gestión muy orientadas al casamiento (matching) de flujos". Según Afi, no hay duda de que eso atenúa parcialmente los efectos indeseados "de graves alteraciones en las condiciones de mercado como las que ahora han tenido lugar".

Una crisis que dejará huella en el sector

Aunque la naturaleza de esta crisis por el coronavirus nada tiene que ver con la financiera de 2007-08, el sector asegurador va a sufrir también sus efectos. Afi resalta que "la gestión del balance y del negocio con una visión de largo plazo, propia de la actividad aseguradora, singularmente pero no sólo del ramo Vida, permite encajar con mayor flexibilidad en el tiempo que otros sectores los efectos adversos que se derivan de la caída de la actividad, el aumento de los spread crediticios y la mucho mayor volatilidad y contracción, en general, del valor de los activos con los que respaldan sus obligaciones futuras". También destaca los niveles de solvencia, reforzados incluso desde entonces, que "permiten afrontar desde una perspectiva sistémica con una cierta tranquilidad, bien que relativa, los nuevos acontecimientos".

Pero advierte sobre otro frente en el que impactará de forma negativa esta crisis por el coronavirus. Se refiere a la cobertura de contingencias a las que pueden estar obligadas las compañías que operan en algunos ramos: cancelación de eventos, seguros de viaje, seguros que cubren la interrupción/retraso de suministros básicos para determinadas industrias, seguros de Salud o seguros de Crédito y de Caución, y el reaseguro.

En cambio, la consecuencia de la interrupción de la actividad habitual a corto plazo supone una reducción de la siniestralidad en otros ámbitos, como los seguros de Autos y los relacionados con la movilidad. Dependerá "de los productos comercializados, las coberturas ofrecidas y, en última instancia, de las eventuales exclusiones en la redacción de las pólizas de pérdidas atribuibles a efectos de epidemias o pandemias", según Afi.

En cuanto a Vida, la estimación recogida en el análisis es que si ya pesaba como una losa el escenario de tipos reales negativos de los últimos años, "la nueva situación no hará sino prolongar aún más en intensidad y en el tiempo dicho escenario", y se cuestiona si durante dos o tres años más.

Por tanto, la previsión no es buena: solo se pueden esperar caídas adicionales en los ingresos por primas de Vida a las que se han producido en los últimos años. "Tanto más cuanto que el ahorro previsional se resentirá en las adversas condiciones económicas que regirán los próximos trimestres", concluye.