A pesar de la intensa y prolongada incertidumbre -económica y política- que caracteriza a estos últimos años, en el sector asegurador global hay un hecho indiscutible: el seguro se encuentra inmerso en una fase de mercado blando. En general, salvo excepciones, las condiciones son favorables para las aseguradoras en casi todas las líneas de negocio y siguen abiertas a suscribir nuevos riesgos. Hay capacidad y el mercado tiende hacia la estabilización. Si bien, hay una serie de amenazas que pueden provocar un cambio de ciclo antes de lo previsto.