Siempre es difícil predecir el futuro pero, a veces, no resulta tan complicado como parece. De hecho, en algunos temas es muy fácil vaticinar lo que va a suceder. Por ejemplo, en el devenir del sistema público de pensiones. Y es que no hace falta consultar el oráculo mágico de una bola de cristal para ver que camina hacia la insostenibilidad. En cambio, lo que no está tan claro es saber si se acabarán pagando pensiones públicas dentro de 30 años –aunque su importe se reduzca al mínimo–, cómo se complementarán, si se mantendrá el sistema de reparto o desaparecerá para siempre. Reale Seguros y la fundación Empresa y Sociedad han reunido a una decena de expertos para profundizar en éstas y otras cuestiones. Y, no sólo se han atrevido, también han ofrecido ideas innovadoras para renovar el sistema.