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18 de julio
13:10 2023
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5 propuestas de AEFI y Unespa para salvar las barreras normativas del sector asegurador

El sector asegurador está fuertemente regulado y eso genera barreras importantes que dificultan la evolución, innovación y digitalización tal y como han observado desde AEFI y Unespa y han recogido en 5 propuestas para superar estas barreras normativas.

En primer lugar, creen que debe adaptarse la Ley del Contrato de Seguro (LCS) a la nueva realidad. La regulación nacional a la que están sujetas las aseguradoras y el resto de actores involucrados en la distribución de seguros se basa en un conjunto de normas que fueron desarrolladas en un contexto muy diferente al actual. Concretamente, la Ley de Contrato de Seguro (LCS) fue redactada en 1980. Durante todo este tiempo no sólo ha evolucionado la tecnología, sino que también han surgido nuevas necesidades y hábitos entre los consumidores.

AEFI y Unespa proponen actualizar esta ley para adaptarla a las nuevas tecnologías, necesidades y hábitos de los consumidores, permitiendo que los productos de seguro se transformen digitalmente y se ajusten a las expectativas de la sociedad. Entre las medidas propuestas se encuentra la flexibilización de las normas sobre la duración de los contratos o la supresión de formalismos que complican innecesariamente el proceso de contratación.

La segunda propuesta sería revisar la normativa de distribución donde el uso del papel es obligatorio. Frente al enfoque actual, las asociaciones proponen que el principio de "papel por defecto" debe cambiarse a "papel a demanda", lo que implica que sólo se emitirá el correspondiente folleto informativo o contrato en ese formato en aquellos casos en los que el cliente ejerza su facultad de elección para recibir la documentación en papel. En caso contrario, se le remitirá la información en soporte duradero por correo electrónico u otro medio digital.

Por último, junto con la modificación de la IDD, se considera conveniente la modificación del RDL, proponiendo cambios en la regulación tales como una información precontractual más clara y orientada al cliente, y la agilización en los tiempos de resolución de los expedientes administrativos, de 3 a 1 mes.

En tercer lugar, reiteran que el lenguaje utilizado debe adaptarse al escenario actual. Resultaría esencial avanzar en la modernización de la terminología que se usa en la documentación e información que se les proporciona a los clientes, con el fin de evitar el distanciamiento con el cliente que, en ocasiones, la jerga del seguro produce. Reconocen que la industria lleva tiempo avanzando en esta materia, aunque, en ocasiones el principal problema deriva de la propia normativa, que utiliza una terminología técnica y especializada alejada de los consumidores y que supone de facto una barrera para los ejercicios de claridad y transparencia que emprenden las entidades aseguradoras.

El cuarto punto se centra en pedir mayor cooperación entre entidades para aprovechar las ventajas de la "nube". El cloud computing se está convirtiendo en una herramienta cada vez más importante en la industria financiera. Como parte de sus estrategias de transformación digital, muchas compañías de seguros y reaseguros del continente europeo están incrementando el uso de la nube para mejorar la experiencia del usuario. En este contexto, la seguridad de los datos y del sistema es fundamental, especialmente en lo que respecta a los datos personales y sensibles. Sin embargo, a pesar de las ventajas que ofrece, es importante destacar que la externalización del cloud computing está sujeta estrictos requisitos en la legislación sectorial.

Además, el legislador europeo ha considerado necesario abordar estas cuestiones en el Reglamento DORA, que establece un marco regulatorio para garantizar que todas las empresas del sector financiero utilicen los medios necesarios que aseguren su resistencia y capacidad de respuesta ante cualquier tipo de perturbación o amenaza relacionada con el ámbito digital, prestando especial atención a la relación con proveedores.

Finalmente, piden flexibilizar el Sandbox para generar el entorno innovador más propicio. Desde su nacimiento, el Sandbox se considera el espacio adecuado para impulsar la innovación en el sistema financiero, ofreciendo oportunidades para que nuevos actores entren en el sector, a través de una mejora en el acceso a la financiación y la captación de talento. Sin embargo, las pruebas realizadas hasta la fecha han generado cierta desilusión con respecto a las expectativas, por lo que conviene recordar que el Sandbox no debe utilizarse como una herramienta de control y restricción de la innovación por parte de las autoridades, sino como un medio para promover su desarrollo.

Ambas organizaciones proponen eliminar las cohortes, reforzar el papel del Sandbox como espacio de pruebas en materia regulatoria del sector asegurador, la flexibilización en los requisitos de acceso a las pruebas, y dotar a la DGSFP de los medios económicos y humanos para mejorar la experiencia y reducir los tiempos en los expedientes.

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