Grupo Aseguranza

Insurance Europe ha mostrado su decepción con la propuesta de la Comisión Europea de reducir la carga informativa para las empresas y racionalizar los requisitos de información. En concreto, el objetivo es reducir en un 25% la carga informativa. Esta federación de asociaciones de seguros no cuestiona este objetivo, sino que lamenta que, en realidad, la Comisión Europea no ha propuesto nada para garantizar materialmente que se vaya a cumplir este objetivo.

Insurance Europe ha comunicado a la Comisión Europea que el exceso de obligaciones de información, y otros requisitos reglamentarios para las aseguradoras, "repercute negativamente en los clientes, por ejemplo a través de costes más elevados". Además, ha subrayado que "desvía los conocimientos especializados, a menudo escasos, de actividades clave como la gestión de riesgos o la innovación para dedicarlos a la presentación de informes, y coloca al sector europeo de los seguros en una situación de desventaja competitiva a escala internacional".

En su respuesta, Insurance Europe ha señalado a la Comisión Europea una serie de ámbitos concretos en los que podría reducirse o simplificarse la información, como el marco de regulación prudencial de los seguros, Solvencia II, la conducta empresarial y la sostenibilidad.

Por último, ha pedido a la Comisión Europea que utilice esta iniciativa actual, no solo para buscar formas de simplificar y reducir la carga informativa existente, sino también para integrar los siguientes principios en todas las iniciativas normativas actuales, en curso y futuras: evitar nuevos requisitos de información innecesarios; asegurarse de que los cambios iniciados por las autoridades supervisoras europeas también se revisan y evalúan cuidadosamente; no crear solapamientos ni duplicaciones en la presentación de informes; integrar siempre la proporcionalidad en los requisitos; garantizar siempre tiempo suficiente para la aplicación; evitar el exceso de prescripciones y permitir la flexibilidad; cuando el sector lo solicite, proporcionar rápidamente la claridad y las preguntas y respuestas necesarias; realizar pruebas exhaustivas con los consumidores; y garantizar un proceso de corrección adecuado y rápido de los errores detectados en las normas técnicas de aplicación.

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