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Las fusiones anunciadas por CaixaBank y Bankia por un lado, y la de  BBVA y Sabadell por el otro, aunque ahora queda parada según los últimos anuncios a la CNMV, provocarán una "intensificada vigilancia" por parte del Consejo General. La institución colegial subraya que revisará la práctica en la comercialización de seguros llevada a cabo por la banca alertado por las consecuencias que pueden tener para el consumidor estas fusiones. Señala el consejo que estas fusiones, la primera aprobada y la segunda en proceso de negociación, "dejan al descubierto al seguro y, en consecuencia, a los clientes que han adquirido sus pólizas a través de estas entidades".

El Consejo General anuncia que se encuentra estudiando la puesta en marcha de una línea de comunicación directa para los usuarios que a título personal se consideren perjudicados por las prácticas bancarias. El fin es que la institución puedan comentar su particularidades y orientarles para, si fuera el caso, presentar una denuncia a los tribunales.

Junto a esto anuncio, la institución ha recordado que llevó a cabo un estudio sobre la contratación de seguros vinculados a hipotecas y préstamos donde se destacaba que 3 de cada cinco créditos o hipotecas quedarían sujetas a uno de los grandes grupos resultantes de las fusiones, si las mismas llegan hasta el final. Indica la institución que este hecho le preocupa porque "reduce las opciones del cliente a la hora de escoger la entidad para la contratación de crédito y, por tanto, se puede acentuar la mala praxis de la banca. Creen que se pueden aprovechar "de la resaca de la información que se facilita a los usuarios y consumidores" y se sigue vinculando la contratación de seguros a la concesión de los préstamos e hipotecas.