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20 de septiembre
08:30 2018
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El seguro no ha sabido afrontar el riesgo de longevidad

El seguro ha entonado el 'mea culpa' y ha reconocido que no ha sabido afrontar el riesgo de longevidad. Esta es una de las principales conclusiones del debate suscitado tras la presentación del 'El reto de la longevidad en el siglo XXI' realizado por el Instituto Santalucía y organizado por Fundación Inade.

Para José Antonio Sánchez, director general de ICEA participante en el encuentro, desde el punto de vista de la industria aseguradora, "la longevidad es una oportunidad y un reto para el sector asegurador y debemos tener preparados productos adecuados para cubrir estas necesidades". "El sector asegurador debe ofrecer productos adecuados para esta nueva realidad y, al tiempo, crear riqueza como industria", añadió. Pero el experto también admitió que "existe falta de información y pedagogía sobre el tema de las pensiones y parte de culpa es de la industria aseguradora, que se ha aproximado al tema desde un punto de vista técnico y no de necesidad". Por ello, apostó por modelo de relación entre el seguro público y privado debe cambiarse. El privado podría ser complementario y evitar duplicidades de pago".

Para María Eugenia Líbano, responsable de Formación de Santalucía Vida y Pensiones, "se puede asegurar el riesgo de la longevidad. Hay productos genéricos que nos permiten hacerlo pero hay problemas económicos y de mentalidad que impiden su difusión". Al tiempo, entonó el mea culpa y admitió que "desde la industria aseguradora no nos hemos sentado a hacer un mapa de riesgos personales de nuestros clientes". "No se trata de vender productos sino que debemos hacer un servicio integral para su proyección personal", añadió.

La experta también afirmó que "el riesgo de longevidad es carísimo y debemos concienciar a la juventud de esta realidad". Además, sorprendió a los asistentes recordando que "un complemento adecuado a la jubilación debería ser el de contar cuando tuviésemos 70 años con una aportación de entre 250.00 y 300.000 euros en un Plan de Pensiones".

La longevidad, reto del siglo XXI

El informe fue presentado por José Antonio Herce, director asociado de AFI y miembro del Foro de Expertos del Instituto Santalucía. Para este investigador, "la longevidad es un reto formidable para el siglo XXI". En este sentido, "la actividad de los seguros es absolutamente necesaria y tiene un futuro extraordinario siempre y cuando sepa adaptarse a los cambios del tiempo". Según los datos del informe, en el último siglo, la esperanza de vida al nacer ha mejorado en España en promedio de 4 años por década. José Antonio Herce estableció que "la longevidad avanza hoy en día a un ritmo de 5 horas, es decir, cada 24 horas, sumamos 5 horas a nuestra vida, algo que se viene manteniendo desde hace más de 150 años".

Sobre pensiones, incidió en que "el 90% de la población llega a los 65 años y aún le quedan 21-22 años de vida. Es por eso que las pensiones no se pueden pagar a la altura de nuestras expectativas. No hay nadie que pueda demostrar que, con los esquemas laborales y sociales que tenemos, hay recursos suficientes para pagar vidas tan largas".

Respecto al sector del seguro, José Antonio Herce incidió en que "este segmento de la población será un foco de atención importante" y que "las instituciones e industria aseguradora de todo el mundo deben hacer esfuerzos conjuntos para favorecer la asignación de recursos suficientes en esta etapa de la vida". "Hay que intensificar el esfuerzo de I+D en productos y servicios para la jubilación y la industria debe ofrecer no solo mayor tiempo de las rentas sino mayor calidad de vida al beneficiario". Además, recalcó que "las primas reducidas para eventos probables son una ruina".

El experto incidió en que "existen dos necesidades bien diferenciadas: para los individuos de edades cercanas a los 65 años se deben ofrecer soluciones mixtas que combinen rentas de jubilación con prestación servicios residenciales, asistenciales y sanitarios y, por otro lado, para los menores de 65 años emerge la promoción de estilos de vida que permitan alargar la esperanza de vida saludable". "La salud preventiva se convierte en un instrumento muy potente y accionable por las compañías", añadió.

Como conclusión, José Antonio Herce volvió a insistir en que las instituciones y la sociedad deben adaptarse a esta realidad y afrontarla. "Hay que estar preparados para afrontar esta realidad con una normativa acorde a ellos y con un enfoque bioético que garantice los derechos de los asegurados", sentenció.