No es el precio, ni el producto: es este dato lo que hace que un cliente se quede o se vaya
Cuando un cliente se marcha, rara vez lo hace por impulso. Hay un motivo —o varios— detrás de cada baja, y lo más frecuente es que esos motivos llevaban tiempo gestándose sin que nadie los detectara. Por eso, la capacidad de anticiparse a esa pérdida se ha convertido en una ventaja competitiva clave para las corredurías de seguros.
Y la buena noticia es que existe una forma concreta y medible de hacerlo: conocer el nivel real de satisfacción del cliente.
La satisfacción no se presupone, se mide
Nuevos canales, digitalización, modelos directos, insurtechs ágiles, IA para todos…es un mercado cada vez más expuesto al cambio y lo sabemos.
Contar con clientes satisfechos no es solo deseable: es imprescindible.
De hecho, la satisfacción se ha consolidado como uno de los indicadores más fiables para predecir la fidelidad del cliente y el crecimiento sostenible de una correduría.
La lógica es clara. Si la experiencia ofrecida supera lo que el asegurado esperaba, se crea un vínculo. Si queda por debajo, incluso en detalles pequeños, se abre la puerta a la desconfianza… y a la competencia.
Sin embargo, muchas corredurías aún no han incorporado un sistema eficaz para medir ese grado de satisfacción. O lo hacen de forma esporádica, sin convertir los datos en acciones concretas.
Herramientas sencillas, resultados valiosos
Evaluar la experiencia del cliente no requiere grandes inversiones.
Existen métodos accesibles, fáciles de implementar y con impacto directo:
●Encuestas tras momentos clave: Un cuestionario breve tras una gestión de siniestro, una renovación o una consulta puede ofrecer conclusiones muy útiles sobre la percepción del servicio.
●Índice de renovación de pólizas: Más allá del número bruto de clientes, es importante observar qué porcentaje se mantiene a lo largo de los años.
●Tasa de reclamaciones: Analizar el volumen y tipo de quejas permite detectar puntos críticos en la operativa.
●Entrevistas post cancelación: Comprender los motivos por los que un cliente abandona ayuda a identificar patrones y corregir fallos persistentes.
●Opiniones online y recomendaciones: Las valoraciones en plataformas públicas son cada vez más decisivas en la captación de nuevos clientes.
Tecnología al servicio de la experiencia
La digitalización ha abierto un nuevo escenario para gestionar la relación con los asegurados. Herramientas como TarifAI, que permite comparar y ajustar precios de forma automatizada, o EleviaBOT, que integra la atención por WhatsApp de manera ágil y eficiente, no solo agilizan procesos: aportan datos y mejoran la percepción de cercanía.
Al automatizar respuestas, ofrecer información en tiempo real o facilitar decisiones más personalizadas, estas soluciones elevan el estándar de atención sin aumentar la carga de trabajo del equipo. Y eso, en términos de satisfacción, marca la diferencia.
Acciones concretas que mejoran la percepción del cliente
Medir es solo el primer paso. A partir de los datos obtenidos, es fundamental activar mejoras reales.
Algunas de las más efectivas en el contexto asegurador son:
●Ofrecer canales múltiples y coherentes: Desde la oficina presencial hasta el WhatsApp, pasando por email o llamadas. Lo importante es estar disponible donde el cliente quiere estar.
●Adaptar los servicios al perfil de cada asegurado: Con ayuda de la tecnología, es posible segmentar mejor y ofrecer propuestas más ajustadas.
●Automatizar lo repetitivo, personalizar lo importante: La eficiencia no debe estar reñida con el trato humano.
●Formar y motivar al equipo comercial: Un equipo comprometido y bien preparado es clave para una atención de calidad.
Un dato que lo cambia todo
Muchas corredurías ya han entendido que retener a un cliente cuesta menos que captar uno nuevo. Pero no todas actúan en consecuencia. Medir y mejorar la satisfacción del cliente debería formar parte de la operativa habitual, no solo como estrategia defensiva, sino como palanca de crecimiento.
La fidelidad no se construye con pólizas más baratas, sino con experiencias memorables. Y la mejor forma de crearlas es sabiendo, en cada momento, qué valora el cliente… y qué espera recibir.
Porque cuando el cliente se siente escuchado, valorado y bien atendido, quedarse no es una decisión: es una consecuencia.
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