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05 de marzo
08:12 2021
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La brecha de género en pensiones está en torno al 40%

Dentro de los actos conmemorativos del Día Internacional de la Mujer, el Instituto Santalucía ha organizado un el encuentro `Brecha de género: desigualdad laboral y pensiones'. Los datos señalan que en los últimos 5 años la brecha salarial solo se ha reducido un 0,79% en los últimos cinco años. En lo que se refiere a pensiones, la brecha de género de jubilación está en torno al 40%, lo que supone un riesgo elevado de que la población femenina retirada viva en pobreza y exclusión social, y la previsión es que para el 2055 esta brecha crezca hasta el 49%.

El encuentro ha sido moderado por Mireia García, directora corporativa de Recursos Humanos del Grupo Santalucía, que han coincidido en señalar la necesidad de implementar políticas más allá de las tradicionalmente socioeconómicas que faciliten el acceso de la mujer a salarios más altos a partir de una mayor flexibilidad empresarial para conciliar la vida personal y la laboral.

También participó la catedrática de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid, Luisa Fuster, que ha indicado al respecto que "la brecha de género en el mercado laboral afecta no solo a los salarios sino a la tasa de empleo y a las horas de trabajo. La mujer participa menos en el mercado laboral que el hombre, dedica menos tiempo al trabajo remunerado y más tiempo al cuidado de los hijos y, en general, a tareas domésticas".

Por su parte, Mercedes Ayuso, catedrática de Economía en la Universidad de Barcelona, ha destacado en su intervención que la crisis sanitaria ha puesto de manifiesto la relevancia de la heterogeneidad en el impacto de los riesgos, también cuando hablamos de género. Añade que "ha llegado el momento de hablar seriamente del diseño de las pensiones de viudedad. No olvidemos", afirma Ayuso, "que la inequidad puede existir también a nivel intragénero".

Mercedes Valcárcel, doctora en Ciencias Económicas y Empresariales, ha subrayado que en España hay dos retos que en otros países se están abordando de forma activa "el elemento cultural y la flexibilidad de las empresas. Culturalmente, hay que normalizar determinadas situaciones que en España nos parecen anómalas, como los hombres que abandonan su carrera profesional para cuidar de sus hijos, o una mayor corresponsabilidad de tareas familiares y, empresarialmente, facilitar en paralelo jornadas que permitan avanzar en la corresponsabilidad de hombres y mujeres en el entorno doméstico".