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24 de mayo
09:01 2019
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Adiós al principal fraude al seguro: el latigazo cervical ya se puede medir

El seguro y la ciencia ponen día a día barreras al fraude más temido para el sector asegurador: el latigazo cervical. Un equipo multidisciplinar del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo ha desarrollado una metodología basada en técnicas de imagen que permite visualizar la presencia del dolor en pacientes con esguince cervical crónico tras un accidente de tráfico.

El proyecto, que forma parte de una ayuda a la investigación de la Fundación Mutua Madrileña, ha llevado 3 años de investigaciones a 3 grupos de personas: pacientes que después de un accidente tuvieron este esguince, sufrieron dolor y ahora están recuperados, otros que todavía sufren secuela del dolor cervical crónico y un tercer grupo sanas y sin dolor.

Explica el coordinador de la investigación y jefe de Traumatología del centro médico, Andrés Barriga, que el estudio ha consistido en detectar la presencia de signos de dolor neuropático en los pacientes con dolor cervical crónico por esta lesión concreta y comprobar si, "después de la aplicación de un estímulo doloroso con calor en la mano, los mecanismos normales para inhibir el dolor están o no alterados". Para esta labor se han utilizado técnicas de neuroimagen cerebral -espectroscopía en resonancia magnética de 3T- y se ha diseñado una antena de cabeza especial de 32 canales con la que se puede identificar marcadores de dolor y ver en qué áreas del cerebro hay modificación en el perfil metabólico en determinados núcleos cerebrales, según la existencia de dolor crónico, tanto si es neuropático como somático, explican los expertos. 

25.000 casos al año

Esta lesión, denominada en el argot como latigazo cervical, afecta cada año a más de 25.000 españoles y los galenos indican que lo que han demostrado es que en los pacientes que no mejoran después de un tratamiento rehabilitador y sufren dolor crónico se produce "una cierta sensibilización central al dolor, es decir, que su sistema nervioso no tiene la capacidad de inhibirlo".

A raíz de la técnica de neuroimagen, la "concentración de metabolitos en núcleos cerebrales relacionados con el dolor o con su inhibición y comprobar las alteraciones vemos que el paciente realmente no está fingiendo". Afirma que los pacientes sanos no tienen estas alteraciones en los metabolitos y los que se curaron tampoco los presentan. En definitiva, con este método "podemos distinguir a las personas con latigazo cervical que tienen alterados los mecanismos neuronales para inhibir el dolor de aquellas que sencillamente lo fingen", afirma el doctor.

El estudio se ha presentado en el Annual Global Spine Congress de Toronto y se publicará en diversas revistas científicas. Los expertos indican que el siguiente paso en la investigación será detectar, en Urgencias o al poco tiempo del esguince, a los pacientes que pueden tener problemas para inhibir el dolor en fase aguda; es decir, aquellos que tienen una predisposición natural a desarrollar dolor crónico y actuar de manera precoz para evitar que el dolor se cronifique.