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En la última década, el aumento de la esperanza de vida ha disminuido, pero se prevé una mejora en los próximos años, según se constata en el último informe de Swiss Re titulado 'El futuro de la esperanza de vida: previsión de las tendencias de mejora de la mortalidad a largo plazo para el seguro'.

Los autores del informe creen que los avances en el diagnóstico y en el tratamiento del cáncer son las áreas con más probabilidades de mejorar la longevidad mundial. Se pone como ejemplo las biopsias líquidas, que pueden ofrecer una detección mucho más temprana de ciertos tipos de cáncer. Además, se espera que el cambio de terapias más generales a medicamentos personalizados y de precisión mejore las tasas de supervivencia.

Otra área de mejora potencial es el uso de vacunas de ARNm, que se utilizaron con éxito durante la pandemia por el Covid-19.

Y también se hace un llamamiento a mejorar en factores que han mermado el aumento de la esperanza de vida desde 2010, como son las enfermedades relacionadas con la obesidad, el creciente impacto del Alzheimer y la desigualdad en el acceso a la atención sanitaria.

Los expertos confían en que las tecnologías emergentes tengan un gran efecto en la esperanza de vida, especialmente la llegada de la inteligencia artificial a la investigación médica y a la toma de decisiones terapéuticas. También, los dispositivos portátiles y las aplicaciones para controlar la salud o el bienestar de las personas.

Japón y Suiza han alcanzado una de las esperanzas de vida al nacer más altas de las economías avanzadas, con una media de unos 84 años en ambos países. Los factores relacionados con el estilo de vida y el acceso a sistemas sanitarios bien financiados han contribuido a su éxito.

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