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27 de marzo
16:36 2023
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Un corredor de seguros, implicado en una trama que cobraba herencias de fallecidos por Covid

La Guardia Civil ha desmantelado una organización dedicada a apropiarse de las herencias de 22 ancianos fallecidos que incrementó su actividad por las muertes derivadas de la pandemia. Una de las personas implicadas es un hombre propietario de una correduría de seguros.

La operación, denominada 'Mano Negra', se ha cerrado con la detención de 8 personas y se ha investigado a otras 3 por los delitos de organización criminal, robo, estafa, falsedad documental, apropiación indebida, blanqueo de capitales, usurpación de estado civil y tenencia ilícita de armas en las provincias de Alicante, Valencia y Bizkaia. Según la Guardia Civil, hasta la fecha han sido identificados 22 fallecidos que han sido víctimas de este grupo criminal. Los fallecidos eran de varias nacionalidades y gran parte de ellos carecían de herederos conocidos; no se descarta que aumente el número de víctimas.

La investigación comenzó en 2021, después de que los agentes conocieran que alguien había quitado los precintos judiciales de una vivienda ubicada en Benissa en la que realizó reformas y sustrajo diversos objetos, entre ellos una motocicleta de alta gama. Identificaron a dos miembros del grupo criminal que trabajaban en un tanatorio ubicado en la comarca de la Marina Alta. Además de robar las joyas a los difuntos no reclamados por los familiares, pasaban información para robar en las viviendas de los fallecidos y obtener sus claves bancarias. Tras asegurarse que ningún familiar reclamaba el cuerpo del fallecido, comenzaban a actuar los líderes de la organización: dos hermanos residentes en Bilbao, una mujer de 63 años con estudios en Derecho y un hombre de 54 años mediador de seguros. La mujer era gerente de 12 empresas, entre ellas dos inmobiliarias y cuatro gestorías, y el hombre era propietario de una correduría de seguros.

Operativa

Mientras, las inmobiliarias, ubicadas en Denia y País Vasco, eran utilizadas para alquilar y vender las propiedades de los fallecidos. "A través de las gestorías, que estaban en Bilbao y Cantabria, convertían mediante falsos contratos mercantiles a los difuntos en avalistas de sus empresas. De esta manera conseguían que los finados tuvieran una responsabilidad patrimonial y así, se quedaban con sus bienes de forma muy económica", detalla la Guardia Civil.

Continúa su explicación sobre el caso explicando que "para evadir impuestos los hermanos utilizaban una empresa de construcción y reformas, una oficina de trámites de seguros, un taller de mecánica en Bilbao, dos hoteles en las provincias de Murcia y Valencia, un restaurante en Denia y dos sociedades offshore en Irlanda y Malta. Incluso se hicieron con el control de una asociación cultural en Bilbao para simular donaciones e impagos en vida de los fallecidos".

Una de las cuestiones sobre las que llama la atención es que el grupo criminal incrementó su actividad delictiva debido al aumento del número de ancianos fallecidos por la última pandemia, a las dificultades de las familias para hacerse cargo de sus cuerpos y a la falta de herederos conocidos en otros casos. Los investigadores acreditaron la participación de este grupo en la apropiación ilícita de 20 inmuebles con un valor superior a los tres millones de euros, cuatro de ellos en la ciudad francesa de París.

La Guardia Civil añade que ante el riesgo de fuga de uno de los líderes, el pasado mes de octubre se realizaron siete registros en diferentes localidades de las provincias de Alicante, Valencia y Bizkaia. En estos registros se detuvo a siete hombres y una mujer y se investigó a otras tres personas. No se da por finalizada esta operación y no se descarta que pueda aumentar el número de afectados.

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